La Tendresa Records presenta

MARIA MAGDALENE

Tal es el enigma en torno a la figura de María Magdalena que la historiografía bíblica nos ha legado una imagen muy dispar y suculenta de su vida y su influencia en el magisterio de Cristo: desde prostituta redimida hasta esposa de Jesús, se ha confundido o vinculado a María Magdalena con otros personajes del Nuevo Testamento: María de Betania, hermana de Lázaro; la pecadora que unge los pies a Jesús; o la desdichada mujer de la lapidación.

Los Evangelios canónicos, aceptados por la iglesia católica, sitúan a María Magdalena como una mujer exorcizada por Jesús, a raíz de lo cual ella pasará a formar parte de su séquito y seguir sus enseñanzas. Su presencia en la crucifixión y resurrección, le conceden preponderancia en la pasión de Cristo pues, además, ella fue la primera a quien Jesús se apareció tras la resurrección. ¿Cabe mayor reconocimiento?

COMPRAR CD

Aun con ello, su historia, sus orígenes y su papel en la vida de Jesús siguen siendo misteriosos. Y los misterios forman parte de la fe, que la cristiandad supo alimentar y engrandecer.

Pero el cristianismo no es solo palabra sino también imagen. La representación artística de la santa no ha hecho más que añadir interés a su mito: sus largos y cobrizos cabellos, asociados a María Egipciaca, una santa del siglo V y prostituta penitente, encumbran la leyenda de María Magdalena otorgándole unos atributos que jamás tuvo en la biblia.

La iconografía de María Magdalena, desde pinturas y esculturas a todo tipo de tallas o joyería, es rica y diversa, pero la música no ha tenido tanta suerte en ilustrar su peculiar protagonismo bíblico.

Existen significativas piezas dedicadas a su persona, como el oratorio La Magdalena penitente (1685) de Alessandro Scarlatti, hasta la versión de Jules Massenet de 1873. El siglo XX nos trajo la inefable I’ll never be (1985), de la alemana Sandra Ann Lauer, que elevó su nombre hasta la cima de la música pop (el suyo, no el de la santa); o el más cercano Juan Pardo (1974), cuyo single María Magdalena (como no) fue una apoteosis hispano-hippy de grandes proporciones (locales).

La polifonía renacentista proporciona ejemplos de mayor calado, a cargo de compositores como Heinrich Isaac, Nicolas Champion, Francisco Guerrero, Giovanni P. da Palestrina o el ursaonense Alonso Lobo.

Esta grabación nos ofrece una muestra de varios episodios bíblicos de María Magdalena pero también obras de carácter mariano -en castellano y en latín, todas de compositores españoles- que a menudo se asocian al carácter maravilloso y prístino de la virgen María, donde emergen sus bellos rasgos y sus virtudes milagrosas.

La obra central de este disco es la versión polifónica de Alonso Lobo del ordinario de la misa, publicada en 1602, a cuyo modelo se remite constantemente, compuesto por Francisco Guerrero más de treinta años antes. De hecho, cinco de las seis misas publicadas por Lobo utilizan material previo de los motetes de Guerrero. El homenaje se completa con siete motetes, la mayor parte de los cuales se desarrollan sobre el material del venerado maestro sevillano. No existe mayor devoción de un discípulo hacia su maestro.